La Sevilla eterna, no es solo el Barrio de Santa Cruz, o Triana; tampoco es solo la Macarena o el centro; también son Sevilla eterna dos barrios, que según tengo entendido, son los más pobres de España: Los Pajaritos y las Tres mil viviendas, por ese orden.
El otro día, en el homenaje a las tradiciones de Sevilla eterna, Salvador Muñiz, recogió su galardón.
Este señor, lleva una vida dedicada a los más pobres, a los que malviven en esos barrios, buscando financiación, aportaciones, reclamando cosas.
Es un hombre menudo, ya "mayorcete", y que no sube su tono de voz, ni tan siquiera, para hablar por un micrófono que estaba en un principio apagado.
Hay una frase que determina el porqué este hombre, junto con otros más, se dedica a regalar su tiempo a los demás:
"Aquí hay niños que el único desayuno que se llevan al colegio son los mocos."
Es necesario que proliferen este tipo de personas por Sevilla y por el mundo entero; el trabajo desinteresado para los demás, la delicadeza al tratar el tema de la pobreza, la noches sin dormir cavilando cómo conseguir esto o lo otro, pensando cómo lograr este salón o aquel centro de deportes, medicinas, comida, un sin fin de cosas que, para muchos, son menudencias, porque jamás lo han padecido, pero para otros son vitales.
Enhorabuena D. Salvador Muñiz por ese galardón, me quito el sombrero, y espero que muchos, que ni siquiera lo conocen, se lo saquen también.
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