No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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14 mayo 2019

EL LADO BRILLANTE.


Siempre que uno se levanta al principio de la mañana, cuando empiezan a ocurrir las primeras cosas, te das cuenta si ese va a ser un día "fasto" del latín (fastus) día en el que los Dioses permitían hacer negocios y trabajos; o si por el contrario puede ser un día "nefasto" literalmente lo contrario. Días fastos en Roma solían ser las calendas de primeros de mes (origen de nuestra palabra "calendario".
Si al levantarte te das cuenta que has despertado a un día fasto: genial, estupendo, magnífico, a disfrutarlo; y por supuesto a intentar todo tipo de aventuras: amorosas, económicas, inversiones, negocios, etc.
Ahora bien, o mejor, ahora mal, si cuando pones el pie en el suelo descubres que se avecina un día nefasto, no hagas como muchos, que se tapan la cabeza y empiezan a verlo todo negro, negro; considero que por muy malo que sea el día, algún atisbo de luz asomará por alguna rendija, y a ese es al que nos tenemos que agarrar para salir a flote.
En los días nefastos es necesario buscar luces donde creemos que no las hay, viendo el lado brillante de las cosas que ocurren, obviando el lado oscuro; porque al final, y lo digo por experiencia propia, algunos de esos días nefastos hasta se arreglan del todo; a estos los llamaban "días intercisi"
Y como siempre, tengo que claudicar con el antiguo Egipto; hace más de 4500 años ya existía en el país del Kemet (tierra negra) un exhaustivo calendario de días fastos, nefastos y medianos, los oráculos eran impresionantes; por ello tanto en fastos, medianos y nefastos hemos de buscar el lado brillante de la vida.

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