No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

Seguidores

19 mayo 2020

PARA PALOMA.

Perdona que te tutee, creo que con mi edad me lo puedo permitir:
El lunes tarde no pude ver tu cara, el dichoso virus y sus prevenciones oportunas hicieron que la mantuvieras oculta tras esa barrera de tela que te protege de los enfermos.
No pude tampoco observar tu sonrisa, que he supuesto suave, deliciosa; solo escuché tu voz... estaba tan atribulado por la situación, que fue como un sedante para mis nervios y mi tensión arterial maltrecha.
Con tus menudas manos supiste dar fin a ese dolor intenso y a ese derrame cuasi incontrolable que emergĂ­a de mis fosas nasales; eras la tercera que lo hacĂ­a en cinco dĂ­as, pero el trato, tu forma de hablar, y la seguridad ante la adversidad fueron muy diferentes.
Con una falta de medios reprochable, pero defendiendo a capa y espada tu situaciĂłn, y la mĂ­a, supiste hacer de este hombre, errante durante cinco dĂ­as por las urgencias y el centro de salud, una persona feliz.
¡Ves con quĂ© poco me conformo!
Eficacia y un poco de amabilidad, no pido mĂĄs; e incluso, en algunos otros momentos, solicitarĂ­a un poco de educaciĂłn, no es este tu caso ni mucho menos.
Sé que nos hacinamos a menudo en las salas de espera de las urgencias (no todos vamos o van por una urgencia), sé que es difícil trabajar con falta de medios, sé que tiene que ser duro reconocer a un paciente sin saber, aunque protegida, si es portador del maligno virus ese (no voy nombrar la cuerda en casa del ahorcado).
LleguĂ© bastante mal, con una hemorragia intensa y con el ĂĄnimo en "desescalada" completa, mĂĄs bien dirĂ­a que por la sima de la sima, pero lo Ășnico que tu traje de "super-blue-woman"  me dejĂł ver de tĂ­, fue suficiente para que la paz inundara mis sentidos.
Sabes que mis ojos ven mĂĄs bien poco, y como los  tenĂ­a de llorosos, menos aĂșn; pero el color aguamarina de los iris que abrazan tus pupilas, traspasaron, como un haz de lĂĄser verde, las gafas protectoras y mis lĂĄgrimas para sedarme con tu tranquilidad.
Gracias por tu atenciĂłn, Paloma MartĂ­n, es un placer encontrarse con profesionales, y sobre todo, con personas como tĂș en esta profesiĂłn tan aplaudida por estas fechas, veremos a ver lo quĂ© dura.



No hay comentarios:

Publicar un comentario