No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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09 diciembre 2020

UN TIRO AL PALO.

Cuando un delantero, o cualquier jugador de un equipo de fĂștbol da un tiro al palo emerge (y lo digo por experiencia, no mucha, pero al fin al cabo experiencia), una terrible frustraciĂłn, incrementada muy mucho si, como suele pasar con esta pandemia, los disparos entre los tres palos son pocos y mal hechos.
Y si encima de todo ello, cuando crees que la pelota va adentro, que vas a cantar irremediablemente un gol que te subirĂĄ la moral y la de tu equipo...
¡Zas, al puto palo!
Y te quedas con una cara de gilipollas que tardas en enterarte de qué va la cosa un buen rato.
Toda las soluciones de: las horas de cierre, de las horas de irse para casa en los restaurantes y bares, de los controles de movimientos, de los cierres perimetrales, etc. etc. todos esos tiros son: "Tiros al palo".
SerĂ­a necesario un policĂ­a, un vigilante, un guarda para cada uno de nosotros, y seguro que se escaparĂ­an muchos; el Ășnico tiro seguro a gol, como si fuera un disparo a puerta vacĂ­a, es la seguridad de que cada uno, o cada una de nosotros, tiene la capacidad de respetar las normas,  de hacer lo debido; no ya las restricciones, no ya las ataduras que oprimen a los formales, a los que se protegen, y para proteger a los demĂĄs fruto de la mala gestiĂłn de sus obligaciones del resto de incautos.
Los que cumplen estån hartos de ser castigados por la inconsciencia de algunos, ahítos de malas conductas que infieren en que, yo por ejemplo, me pueda llevar dos meses sin ver a mi madre y a mis hijos; saturados de noticias, estadísticas, contagios, muertes, ingresados en UCI, por el desmadre de comportamientos; y yo, particularmente, estoy hastiado de gilipollas, de sabios sin sapiencia, de listos sin inteligencia, de "cumplidores" incumplidos, de especialistas sin especialidad, de formales informales, de presentables impresentables, y de engañabobos que al final solo se engañan a sí mismos.
Y como muestra un botĂłn: En una comida de siete personas hay que separarlas, por normativa,  en dos mesas a un metro de distancia; y en la cena de Navidad, si son doce de familia o allegados, dos se quedan fuera, otro tiro el palo. A no ser que los "allegados" sean tapiceros: ¡Ha llegado el tapicero!, porque estos se quedarĂ­an fuera, en la furgoneta.
Fijaros si habrĂĄ tiros al palo que... 
"Yo he visto salir un tiro hasta  del palo de una escoba". ¡Y ha dado en el palo!
¡PaĂ­s!


                                                Foto extraĂ­da de la pĂĄgina: futbolfantasy.com

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