Ayer, todos mis problemas parecĂan tan lejos; ahora parece como si estuvieran aquĂ para quedarse.
Oh, yo creo en el ayer.
De repente, no soy ni la mitad del hombre que solĂa ser; hay una sombra suspendida sobre mĂ.
Oh, el ayer vino de repente.
¿Por quĂ© ella tenĂa que irse?, no lo sĂ©; no me lo dijo; ¿Yo dije algo malo?...
Ahora añoro el ayer.
Ayer,
El amor era un juego tan fĂĄcil de jugar y ahora necesito un lugar para esconderme.
Oh, yo creo en el ayer.
Una traducciĂłn no literal del todo de la canciĂłn de Lennon y Mc.Cartney, si bien todos sabemos que es de Paul.
Esta reflexiĂłn se me ha venido a la mente viendo la pelĂcula del mismo nombre del año 2019, una historia diferente.
El ayer nos parece siempre que fue lo mejor en la mayorĂa de los casos, y es una cosa demasiado normal; tan normal como comprender que ayer Ă©ramos mĂĄs jĂłvenes, tenĂamos mĂĄs vitalidad, comprendĂamos menos las cosas, acarreĂĄbamos menos problemas, no tenĂamos que educar a hijos, ni pagar hipotecas, y nos conformĂĄbamos con lo que tenĂamos, ya que principalmente nos faltaba informaciĂłn de todas las cosas de las que carecĂamos.
No sabĂamos ni que existieran muchas de esas cosas.
Viendo la otra tarde un trozo de la pelĂcula "Vente para Alemania Pepe" del año 1971, y que hablaba de nuestro ayer, parece mentira cĂłmo estĂĄbamos no hace mĂĄs de cincuenta años.
Y lo que sĂ es cierto es que: "Para mañana, el dĂa de hoy serĂĄ siempre el ayer y el futuro siempre estarĂĄ por escribirse."
Foto extraĂda de la pĂĄgina: revistagp.com |
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