En esta vida hay que tener mucho cuidado con los daños colaterales.
Hace muchos, muchos años, cuando estábamos estudiando en el Colegio Libre Adoptado mixto de mi pueblo, salíamos a jugar a un descampado donde había un campo de fútbol, que era cuesta abajo, y que terminaba en el barranco que delimitaba el "camino viejo", o "camino real" que conducía al río Guadiamar.
En esa barranca anidaba un lagarto de grandes dimensiones, y al que le teníamos echado el ojo con objeto de cazarlo vivo y llevarlo a la clase para asustar a las niñas.🙆.
Y allí íbamos todos los recreos a intentar echarle mano, y recuerdo, que un día, estábamos asomados a la barranca en el mismo sitio donde hoy está mi casa.
El lagarto salía, todos los medios días, a una plataforma que había en la barranca a tomar el sol, y nosotros acechábamos por arriba, dos o tres, y otro más abajo en la barranca.
Cuando estaba explayado en su plataforma tomando el sol, alguien desde arriba tiró una gran piedra, no se para qué, y grité desde arriba:
¡Cuidadoooo!!!
El que estaba abajo, se refugió en la plataforma y evitó el golpe del pedrusco, que rebotó en la plataforma y cayó al camino.
Una imprudencia que le podría haber hecho mucho daño a nuestro amigo que esperaba abajo.
Hay que tener mucho cuidado y valorar las consecuencias de nuestras acciones antes de realizarlas, y por supuesto, sopesar los posibles daños colaterales.
Pues como la barranca está la política, y como el lagarto algunos, como el que estaba abajo otros y como los que empujaron la piedra, más.
¡Mucho cuidado con los daños colaterales!
![]() |
No hay comentarios:
Publicar un comentario