CONTICINIO.

El goteo incesante del bajante, por el que algún vecino está perdiendo agua, es un goteo, a veces insoportable.

El baldeo de las calles con el camión de agua a presión a las cuatro de la mañana te da un verdadero placer cuando lo escuchas.

Pasa lo mismo con el camión de la basura recogiendo los contenedores, comprendo que hay que hacerlo de noche, pero también entiendo que el recorrido debería ser variable; me explico, que no pase por las mismas calles a las mismas horas todos los días, a mi me toca siempre a las 2.30 AM.

Existen también los vecinos que creen que viven solos en el mundo.

Yo salgo temprano para andar y cierro la puerta del piso y de la calle con sigilo, otros que salen más temprano, pegan unos portazos que el pobre vecino que vive en el bajo, al lado de la puerta de la calle, saltará en la cama del susto.

Y el que barre por la calle con un cubo amarillo con ruedas, cuando descarga el cubo en el contenedor de basuras, si no rompe el cubo, o el contenedor, es un milagro.

En fin, que no se puede disfrutar de un verdadero conticinio.

Y no me vale que me digas que si no quiero ruidos que me vaya al campo a vivir; también he vivido en el campo y también hay ruidos, otro tipo (perros ladrando, gallos demasiado madrugadores, y más perros) pero ruidos igualmente.

En nuestra sociedad actual el conticinio es verdaderamente imposible de conseguir.

Conticinio es la hora de la noche en la que todo está en silencio.

"Palabro" que proviene del latín "conticinium" (primera parte de la noche en que todo sonido cesa ya que todos han entrado en el descanso), ni de coña.