Es lĂłgico y normal que nos preocupemos.
Es lĂłgico y normal que pensemos en cosas que no deberĂamos pensar, pero el pensamiento es libre para hacer lo que le de la gana.
Y lo cierto y verdad es que, mientras mĂĄs sepas de las cosas, mĂĄs motivos tienes para preocuparte.
Muy malo para ello es el mal llamado a veces "san google"; pues "san google" hace que te preocupes mĂĄs por todas las cosas, porque sencillamente te informa de mĂĄs cosas, de cosas que probablemente ignorabas.
La desinformaciĂłn es mala, pero quizĂĄs la "megainformaciĂłn" sea peor.
No porque sea malo informarse sino que, si eres propenso a preocuparte, mucha informaciĂłn te podrĂa preocupar en demasĂa.
Hay que aprender a no preocuparse sino a ocuparse cuando algo pase, porque preocuparse en demasĂa genera un estrĂ©s demasiado dañino para nuestra salud.
HabrĂĄ que hacer caso al escritor estadounidense Samuel Langhorne Clemens mĂĄs conocido por Mark Twain (1835-1910):
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