Es una cosa intrínseca y hay muchos estudios que lo corroboran.
La mayoría de las personas disfrutamos con el triunfo de los famosos, vamos por donde ellos dicen y seguimos sus consejos (por ello los contratan con ingentes cantidades de dinero para protagonizar los anuncios de todo tipo).
Pero la gente mediocre tiene más vericuetos.
La gente mediocre, aparte de disfrutar como todos del triunfo de los famosos, no disfruta del triunfo de una persona del mismo estatus social que él.
La gente mediocre siente una envidia insana cuando uno, o una, como él, que se ha criado en el mismo barrio, que ha jugado con él al fútbol en el colegio, o a los cromos, o a las canicas, o a las muñecas, o al marro, o a arriba y abajo, o a la chista, triunfa; le da coraje, un coraje extremo, sin ni siquiera pensar la cantidad de trabajo que lleva de más esa persona, que él mismo, cosa que le ha permitido triunfar.
¡Ah, y después, cuando ya el otro ha triunfado, y se tiene que tragar su envidia, va pregonando a diestro y siniestro que éste es amigo de él desde la infancia.
La gente mediocre disfruta con el triunfo de los famosos, pero si una persona normal, como ellos, triunfa, lo que les genera es envidia.
El que desea algo busca la forma de conseguirlo, el mediocre solo busca excusas y tiene envidias.
La mayoría de las personas disfrutamos con el triunfo de los famosos, vamos por donde ellos dicen y seguimos sus consejos (por ello los contratan con ingentes cantidades de dinero para protagonizar los anuncios de todo tipo).
Pero la gente mediocre tiene más vericuetos.
La gente mediocre, aparte de disfrutar como todos del triunfo de los famosos, no disfruta del triunfo de una persona del mismo estatus social que él.
La gente mediocre siente una envidia insana cuando uno, o una, como él, que se ha criado en el mismo barrio, que ha jugado con él al fútbol en el colegio, o a los cromos, o a las canicas, o a las muñecas, o al marro, o a arriba y abajo, o a la chista, triunfa; le da coraje, un coraje extremo, sin ni siquiera pensar la cantidad de trabajo que lleva de más esa persona, que él mismo, cosa que le ha permitido triunfar.
¡Ah, y después, cuando ya el otro ha triunfado, y se tiene que tragar su envidia, va pregonando a diestro y siniestro que éste es amigo de él desde la infancia.
La gente mediocre disfruta con el triunfo de los famosos, pero si una persona normal, como ellos, triunfa, lo que les genera es envidia.
El que desea algo busca la forma de conseguirlo, el mediocre solo busca excusas y tiene envidias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario