Prefiero obrar bien siempre, porque no es lo mismo dejar una huella que una cicatriz. Las acciones tienen el poder de marcar la vida de los demĂĄs, y prefiero que mi presencia genere un recuerdo cĂĄlido y no una herida que duela.
El bien que hacemos permanece, mientras que el daño deja un vacĂo difĂcil de llenar, por eso elijo construir y no destruir.
Todos tenemos la capacidad de elegir qué hacer: si construir o destruir.
Un abuelo "cheroky" explicaba a su nieto lo de los dos lobos.
En todos nosotros existen los dos lobos que continuamente estĂĄn luchando:
1.- Representa la bondad, la compasiĂłn, la alegrĂa, la generosidad y las emociones positivas.
2.- Representa la ira, el odio, la envidia, el egoĂsmo y las emociones negativas.
En nieto preguntĂł?.
¿QuĂ© lobo ganarĂĄ la lucha?
El abuelo "cheroky" contestĂł a su nieto:
- El lobo que ganarĂĄ la lucha serĂĄ el que tĂș alimentes.
Ni mĂĄs ni menos.
Lo dicho, es preferible dejar muchas mĂĄs huellas que cicatrices.
Las huellas estarån siempre en el alma de los demås, pero las cicatrices les recordaran que les hiciste daño cada vez que se miren al espejo.
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| Foto de mi amiga Juani Mora. |
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