Unos recuentan los billetes y las monedas que atesoran en casa; recuerdo que estando en el banco, un dĂa llegĂł un señor con un saco repleto de billetes de mil pesetas, de esos con la efigie de los Reyes CatĂłlicos.
También recuerdo que llevaba el pantalón atado con una cuerda entremetida a través de las trabillas utilizadas para ajustar la correa.
Se ve que todo lo que tenĂa iba en ese saco de mal olientes billetes de mil, de los verdes.
Otros/as disfrutan a menudo mirando el saldo de la cuenta del banco, gozando por los ceros que se van acumulando a la derecha de los nĂșmeros que indican el importe.
Algunos/as dedican su vida a acumular inmuebles, locales, pisos, empresas, negocios; en fin dedican su vida a atesorar.
Unos/as dedican su vida a trabajar, a todas horas, sin dejar tiempo para la familia, para los amigos, o simplemente para la soledad, o para la meditaciĂłn,
Y al final, todo lo que tienen en su vida es eso.
Y una vida es mucho mås, tanto que a todos/as, cuando va pasando el tiempo y vas cumpliendo años cada vez se te hace mås corta, y notas que se te acaba el tiempo.
Por eso, conforme pasa el tiempo, hay que dedicarse cada vez a vivir mĂĄs, a compartir la vida con los que te quieren, con los que amas, con los/as que te sientes a gusto; siempre, siempre que tengas que sacrificar una parte o toda tu vida, que sea por una creencia o una fe.
Y de verdad os digo que un billete, ahora de algunos euros, no pueden ni deben ser un motivo para sacrificar toda una vida, porque todo eso; todo, aquĂ se quedarĂĄ.
"Una vida es todo lo que tenemos y la vivimos como creemos. Pero sacrificar lo que uno es y vivir sin creencia, es un destino mĂĄs terrible que morir." (Juana de Arco: Domremy ?- RuĂĄn 1431).
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