Esta expresión proviene de una técnica utilizada en la construcción antiguamente y se determina de esta manera:
En el pasado, especialmente en épocas donde se vaciaban casas o se construían fortificaciones, se tapaban las aberturas con una técnica llamada "a calicanto".
Esta técnica utilizaba cal (un material que servía como cemento o argamasa) y cantos, que eran piedras de diferentes tamaños y formas.
La mezcla de cal y cantos resultaba en muros muy resistentes y sólidos, ideales para cerrar y proteger una casa o una fortificación. Se utilizaba también para proteger las casas de los posibles okupas, si se dejaba o abandonaba temporalmente.
Actualmente la expresión se usa para describir algo que está bien
cerrado, sin posibilidad de acceso, de la misma forma que los muros hechos con
cal y cantos eran difíciles de abrir. Por lo tanto, cuando decimos que
algo está "cerrado a cal y canto", nos referimos a que está
herméticamente sellado y protegido.
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Foto de Ademuz de mi colección particular. |
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