Hay un par de series que me gusta ver a medio dĂa, que estĂĄn perfectamente ambientadas:
Una es Agatha Chrisie's Poirot, basada en las novelas de la afamada escritora Agatha Chirstie, esta serie estå ambientada entre los años 1930 a 1940, En Inglaterra (Londres); y la otra...
Los misterios de Murdoch, ambientada entre los años 1890 a 1910 en Canadå (Toronto).
Y luego, cuando apago la TV vuelvo a la realidad, y me da que pensar.
En ciento y pico de años la vida ha evolucionado una barbaridad, es asombroso y a veces da miedo.
En la serie de Murdoch habĂa gente que morĂa de infecciones, abundaban los coches de caballos, si bien despuntaban un poco los coches mecĂĄnicos, y los telĂ©fonos, eran de dos piezas, se alumbraban con candiles y velas, y lo Ășnico que yo he conocido era la mĂĄquina de escribir, que aquĂ en España era una Royal.
Esa misma mĂĄquina estaba presente en la serie de Poirot. En ella ya habĂa luz elĂ©ctrica, coches, taxis, los telĂ©fonos tenĂan cable en espiral, pero el protagonista vestĂa como los de los misterios de Murdoch., y tenĂan tambiĂ©n una mĂĄquina de escribir, valga la redundancia, como la Royal donde yo aprendĂ a escribir a mĂĄquina (era de mi abuelo Manolo).
Ahora, todo es diferente, tan diferente, sobre todo porque llevamos en la mano: una linterna, una calculadora, un barĂłmetro, una mĂĄquina de escribir, una cĂĄmara de fotos y vĂdeo, una enciclopedia universal; ah, y un telĂ©fono.
Y la IA (Inteligencia artificial) que acaba de empezar y ya veis a qué velocidad va.
El cambio del dĂa a dĂa en ciento y pico de años. Uff.

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