No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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20 marzo 2019

OJO POR OJO.


En Mateo 5:38 del nuevo Testamento se dice:
-      Otra de las enseñanzas de Moisés fue esta: “Si alguien le saca un ojo a otro, también a él se le sacará un ojo; si le rompe un diente, también a él se le romperá otro”.
Esta era la ley de Moisés, pero ese hombre justo, que fue ajusticiado casi 3000 años después, intentó arreglarlo en el momento de su apresamiento advirtiendo a su discípulo:
-      ¡Guarda tu espada, porque quien a hierro mata a hierro muere!
¡Pues nada!, ni porque lo advirtió Jesucristo, hoy en día estamos en los tiempos de Moisés; ¿cinco mil años?...
Estamos en la barbarie instrumentada por la ley del Talión, en la justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido; tú me haces esto, yo te hago más a ti; tú me acusas de tal o cual injusticia, yo te echo en cara las tuyas, tú no me dejas hacer lo que yo quiero, yo te mato; me acusas de haberme quedado con el dinero de otros mientras lo administraba, yo te culpo de quedarte con la liquidez de otros.
En fin, una cantidad de venganzas (ahora que están en boga  los “sacaderos” de ojos en las campañas electorales que nos acosan) que dejan nuestra cultura a la altura del salvajismo legal de los principios del judaísmo; ¡Qué poco aprendió el pueblo de Israel en el tiempo que estuvo en Egipto!
Quizá sea hora de echar una ojeada de nuevo  a la ancestral cultura china, a Confucio, que vivió unos 500 años antes de Cristo y tomar nota de una de sus doctrinas:
“Paga el bien con bien y el mal con justicia”
¡Ya es hora por Dios!


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