El ocho de marzo se celebró el día internacional de la mujer, fueron innumerables las manifestaciones, las declaraciones, escritos, artículos, reivindicaciones, etc.
Todo, o la mayoría, (porque algunas mujeres se excedieron un poco o un mucho) con el loable intento de que de una vez por todas se reconozca la igualdad entre mujeres y hombres dentro de las diferencias insalvables que hay entre los dos sexos.
Entre medias de la proclamación del día de la mujer, de por medio de las citas de las manifestaciones, se insertaban en la programación de la televisión unos anuncios correspondientes a la ONG Ayuda en acción.
Esos anuncios me abrieron tanto los ojos...
Recuerdo que en uno de ellos, una chica llegaba sudorosa después de correr diez kilómetros; el contrapunto era otra mujer ataviada con un sari, que andaba diariamente esos mismos diez kilómetros para cargar una cántara de agua.
En otro, una mujer llegaba ataviada con un traje expresando su cansancio después de diez horas estresantes de trabajo en la oficina; el contrapunto una mujer africana que cavaba durante diez horas para llevar a la choza un poco de comida.
Estos anuncios me han hecho pensar en que la distancia de equiparamiento entre hombres y mujeres, depende toda, del estatus en el que se encuentren ambos congéneres.
Por ello no es conveniente entrar en comparaciones porque siempre son odiosas, solo intentar luchar por mejorar nuestra vida, y que eso influya en la vida de otros muchos y muchas.
¡No a la explotación en cualquiera de los términos!
Y de los niños y niñas hablaremos otros día.
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