No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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25 abril 2019

NO HA SIDO UN SÁBADO SANTO MÁS.

Ni mucho menos, este SĂĄbado Santo ha sido uno mĂĄs en mi vida; ha sido un nuevo SĂĄbado Santo, diferente, lleno de nuevas sensaciones y un sinfĂ­n de emociones.
Cuando rodé por las escaleras hace mås de dos meses, en fracciones de segundo se me pasaron miles de cosas por la cabeza mientras caía de espaldas.
Mi familia pasó fugazmente por mi mente, uno a uno, y las consecuencias que le podría acarrear a cada uno mi pérdida, si bien nadie es imprescindible, pero creo que todos somos necesarios. Gracias a Dios sólo me destrocé el brazo y la muñeca, pero me pude levantar y seguir adelante.
Todavía de día, mi madre de aquí abajo, me acompañó en la esquina de siempre; seguro que para pedirle, no por ella misma, sino por sus hijos y nietos, por mi brazo, por mi hermano y cómo no, por su media vida, mi querida hermana.
Ya de noche, despuĂ©s de recorrer el pueblo, todo ese cĂșmulo de sensaciones, esos recuerdos, pasaron por mis ojos a las doce menos veinte, y como casi siempre, el depĂłsito, mi pequeño almacĂ©n de lĂĄgrimas, se desbordĂł.
Estaba escuchando el concierto de una orquesta sinfĂłnica que tocaba en la calle; observaba el esfuerzo denodado de un puñado de almas que empujaban hacia arriba para acercar mĂĄs si cabe al cielo,  a la Reina del SĂĄbado Santo; oĂ­a como sonaba el alma del saetero que se asomaba al balcĂłn; y sentĂ­a el calor y el abrazo de casi toda la gente que amo.
PedĂ­ muchas cosas, pero la primera, y mĂĄs importante, fue: que me permitiera el prĂłximo SĂĄbado Santo estar de nuevo allĂ­ rodeado de las mismas personas y si pudiera ser con alguna mĂĄs , mejor.
De madrugada, las voces dulces, afinadas y potentes de mis amigas Reyes y Carmen convirtieron mis rezos en mĂșsica alabĂĄndoTe con su ¡Ay Santa MarĂ­a!, gracias.
Un Såbado Santo igual que otros, como los de toda mi vida; pero, a ciencia cierta diferente, porque también podía no haberlo vivido; pero Ella quiso que así fuera, y así fue.

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