Predicar proviene del latĂn "praedicare" (anunciar algo pĂșblicamente) pre-antes y dicare-destinar.
Ha habido tantos predicadores... Eso sĂ, no confundir con cuentistas.
Un predicador es el que anuncia algo pĂșblicamente, algo cierto, algo real que ha sucedido o que va a suceder; lo otro, lo que hacen hoy en dĂa tantos y tantos indocumentados/das a diario es: cuento.
Estas gentes que dĂa a dĂa aparecen en los medios de comunicaciĂłn, en las redes sociales, en la presa escrita, la inmensa mayorĂa son cuentistas, y son tan tremendamente cuentistas, que se creen personalmente sus cuentos, sus trolas, sus rollos, o sus inventos.
Ha habido y hay algunos/muchos predicadores que han llevado a sus seguidores, ciegos seguidores, a su aniquilaciĂłn; ha habido y hay muchos predicadores que han acercado a sus incondicionales a la mĂĄs negra ignorancia, ha habido y hay cientos, miles o millones (dirĂa yo) de predicadores que tiran la piedra y esconden la mano, que predican y no ejercen, que anuncian y no cumplen, que dicen pĂșblicamente lo contrario de lo que hacen en privado; y eso no es predicar amigos, eso es literalmente, contar cuentos.
Hay algunos y algunas que llevan toda su vida predicando en el desierto, pocos y pocas se aplican sus anuncios, sus enseñanzas; pero desde aquĂ los animo a que lo sigan haciendo, que sigan predicando en el desierto, ya que alguno ya predicĂł en el desierto y aĂșn todavĂa perdura su doctrina.
Ha habido tantos predicadores... Eso sĂ, no confundir con cuentistas.
Un predicador es el que anuncia algo pĂșblicamente, algo cierto, algo real que ha sucedido o que va a suceder; lo otro, lo que hacen hoy en dĂa tantos y tantos indocumentados/das a diario es: cuento.
Estas gentes que dĂa a dĂa aparecen en los medios de comunicaciĂłn, en las redes sociales, en la presa escrita, la inmensa mayorĂa son cuentistas, y son tan tremendamente cuentistas, que se creen personalmente sus cuentos, sus trolas, sus rollos, o sus inventos.
Ha habido y hay algunos/muchos predicadores que han llevado a sus seguidores, ciegos seguidores, a su aniquilaciĂłn; ha habido y hay muchos predicadores que han acercado a sus incondicionales a la mĂĄs negra ignorancia, ha habido y hay cientos, miles o millones (dirĂa yo) de predicadores que tiran la piedra y esconden la mano, que predican y no ejercen, que anuncian y no cumplen, que dicen pĂșblicamente lo contrario de lo que hacen en privado; y eso no es predicar amigos, eso es literalmente, contar cuentos.
Hay algunos y algunas que llevan toda su vida predicando en el desierto, pocos y pocas se aplican sus anuncios, sus enseñanzas; pero desde aquĂ los animo a que lo sigan haciendo, que sigan predicando en el desierto, ya que alguno ya predicĂł en el desierto y aĂșn todavĂa perdura su doctrina.
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