No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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15 octubre 2020

MORIR EN PAZ.

Creo firmemente que una de las metas principales del ser humano, ya que sabe que es imposible eludir a la muerte, es poder morir en paz; a quien le preguntes te dirá:
Yo lo que quisiera sería, una muerte rápida y poder morir en paz.
Pero la sociedad actual con los cambios que están acaeciendo de un tiempo a esta parte, está llevando a las personas a no estar tranquilos, ni a la hora de su jubilación después de muchos años de trabajo, ni por supuesto a la hora de la muerte.
Hay personas mayores ya, que deberían estar descansando de la continua lucha diaria para llevar a casa el pan, la educación, la ropa, y por qué no, "los caprichos" de sus hijos; deberían, con una paga justa, entregarse a la paz del guerrero, al descanso del luchador y a disfrutar de los pocos o de los muchos años que le queden de vida; y por supuesto, cuando les llegue la hora de entregar la cuchara, hacerlo en paz.
Pues no, con la vorágine de matrimonios desechos, las custodias compartidas, y la libertad que quieren los que se echaron, ellos y ellas solos, la responsabilidad de la paternidad/maternidad, los mayores, los abuelos y abuelas se ven inmersos en una espiral sin retorno, una espiral, que en vez de ir de más a menos como correspondería a la edad y a la relajación de sus responsabilidad, se torna en espiral inversa, y sube y sube y cada vez sube más.
Hijos e hijas con casi medio siglo a las espaldas, en casa, con lo que eso conlleva, muchos sin oficio ni beneficio, dependiendo de los ingresos de los abuelos; nietos a cargo económica, física y educacionalmente de los mayores, y muchas veces pensando, una y otra vez...
¿Qué va a ser de mis hijos y de mis nietos cuando me muera?
Ya no solo unos padres sufren por un hijo que no se puede valer por sí mismo, que padece una enfermedad que le coarta la existencia, también sufren ahora, por los hijos sanos y por sus nietos.
Lamentable es que ahora, en la recta final de una existencia de afanoso trabajo, casi sin tener paz para nada con: el estrés de la jornada laboral, crianza, educación de hijos, y un sin fin de etcéteras más; cuando llega la hora de descansar, y cuando llegue, ojalá sea tarde,  la hora de reposar definitivamente, no tengan la paz suficiente para ello.
¡Ojalá!


Foto extraída de la página: cuerpomente.com


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