No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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30 octubre 2020

SI TE LO QUIERES LLEVAR TODO...

Llevamos unos dĂ­as de narices con la Cantora y el DJtuver (perdĂłn por el palabro, he buscado en wikipedia a Kiko Rivera, y ni te cuento que es lo que pone), y se me ha venido a la mente esta reflexiĂłn, aplicable a quien sea y como sea.
Hay multitud de refranes referentes a la avaricia y como ejemplo:
- La avaricia es como el fuego, mientras mås leña se pone, mås arde.
- La avaricia y la ambiciĂłn congelan el corazĂłn.
-¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia (Epicuro).
- Al pobre le faltan muchas cosas, al avaro todas (Publio Siro). 
-El avaro experimenta a un tiempo todas las preocupaciones del rico y todos los tormentos del pobre (Albert Guinon)
- Y la Ășltima del sabio SĂ©neca: El que tiene mucho desea mĂĄs, lo cual demuestra que no tiene bastante; pero el que tiene bastante ha llegado a un punto al que el rico no llegarĂĄ jamĂĄs.
Y podrĂ­amos seguir hasta el infinito porque la avaricia ha sido el pecado capital mĂĄs antiguo, junto con la envidia, y por ello hay un sinfĂ­n de refranes y dichos referentes a ella.
No tiene fin, no se acaba, creo que los avaros se mueren y en el velatorio se les quedan los dedos como pidiendo moneda.
Pero no solo de pan vive el hombre, no solo de dinero vive el avaro; lo quiere todo, quiere acaparar todo: el poder, el control, el mando, las fotos, los cuadros, la ropa, los zapatos, todo, lo que se dice todo.
Y después, en la oscuridad y el silencio de la noche disfruta contando sus propiedades, mirando las cuentas de los bancos, las joyas, y la moneda contante y sonante.
El avaro lo quiere todo, arrasa como un elefante en una cacharrerĂ­a.
Pero cuidado,  mucho cuidado con la avaricia, porque:
"Si te lo quieres llevar todo, al final te llevas hasta la mierda".
Y si acaso volvamos la mirada un poco hacia el Rey Midas.

Foto extraĂ­da de la pĂĄgina: balcon40.com



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