Recuerdo hace ya bastante tiempo, cuando intenté hacer una inversión inmobiliaria, y el vendedor no dejaba de ponerme zancadillas; a dónde llegaría este hombre, que cuando volví, después de hacer números y darle mil vueltas al coco, para hacer la operación a los tres días, me dijo:
-Ahora quiero cinco millones de pesetas más; yo había ya llegado al límite, no quise montar en un barco que muy probablemente zozobraría si hiciera mucho viento, y decidí cancelar la operación.
Una persona, con la que conviví muchos años, que respeté mucho, y por la que siempre me dejaba aconsejar, cuando le comenté lo que había pasado me habló:
"Si no estaba de Dios que fuera para tíi seguramente es que Él te guarda algo mejor."
Probablemente acertara de pleno en su sentencia.
A una buena amiga, tal vez le haya ocurrido lo mismo, posiblemente haya puesto toda su ilusión en un proyecto que ama con locura, por el que ha renunciado a muchas cosas, y al que se entregó en cuerpo y alma cuando así se lo solicitaron; pero cuando tuvo que tener su recompensa, esta salió volando y se posó en otras espaldas diferentes.
Triste, pero con la cara alta; dolida, pero reforzada; caída, pero levantada de nuevo; desilusionada, pero re-ilusionada nuevamente; y trabajando más y mejor para alcanzar definitivamente su sueño; siempre por derecho, en silencio, pero continuamente adelante.
Pudiera ser que yo debiera contestarle igual que me contestaron a mi, sería extraordinario que ocurriera lo mismo, y que una decepción, a la larga supusiera un gran beneficio; ¡Ojalá!
Probablemente no estaría eso para ti; pero confía, que con todo el amor que le pones, llegará, seguro que llegará.
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Foto extraída de la página: Vix.com |
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