No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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28 octubre 2020

VICTORIAS Y DERROTAS.

Ganar o perder, esa es la cuestión; y como es natural todos y todas queremos siempre ganar, cosa que es literalmente imposible.
Dicen por ahí, que las derrotas enseñan más que las victorias, pero lo que realmente creo es que: las derrotas no enseñan, solo te tienes que acostumbrar a vivir con la derrota, al igual que te toca vivir con una enfermedad crónica, o no crónica, que te imposibilita tu normal existencia.
Quizás, probablemente, las victorias, a la gente normal les deben enseñar más, y me explico:
Haciendo la deducción a la inversa, si cuando te derrotaron solo se acercaron a ti, tres o cuatro amigos para darte ánimos, para insuflarte un poco de aliento, y te extendieron la mano para que pudieras salir del barro, del lodo en el que estabas; cuando ganes, todos los que se te arrimen, exceptuando a esos tres o cuatro, son completamente falsos.
Si para las derrotas, para los fracasos, la mente debe estar despierta y lúcida para no caer en la oscuridad, para no irte derecho a las profundidades del abismo; en la victoria hay que tener la misma lucidez para que nadie se aproveche de ti, para captar rápidamente las falsas adulaciones que no buscan otra cosa que engancharse al carro de tu triunfo y llevárselo a tu costa.
Pongo un solo ejemplo, la pauta de una persona que ha vivido en una montaña rusa, y que como tal ha tenido, y tiene,  un viaje de altibajos constantes.
Con sesenta recién cumplidos y confinado por el coronavirus, Diego Armando, no sé si se repondrá alguna vez de sus errores.
Quinto de ocho hermanos, lo pasó humildemente en su infancia, destacó siendo un adolescente, fichó por el Boca Juniors con 16 años y ahí empezó a subir a la vagoneta de la montaña; todos sabemos ya...
F.C. Barcelona, selección Argentina, mundial, Nápoles, Sevilla y rápidamente comienza la cuesta abajo de nuevo, y luego arriba, y así sucesivamente.
Seguro que sus "amigos" de los buenos tiempos, los que jaleaban los triunfos y se aprovechaban de ello, salieron huyendo cuando llegaron los fracasos, quedando más bien pocos.
Por eso no debemos olvidar que la vida es para todos igual, unos más y otros menos, para unos más dura y para otros menos dura, pero todos y todas tenemos victorias y también fracasos y derrotas.
Por eso...
"No  dejes que tus victorias se  te suban a la cabeza, pero tampoco que tus fracasos inunden tu corazón". 

Foto extraída de la página: es.dreamstime.com


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