Esa es la cuestiĂłn (It´s the question)
Hay una diferencia extrema en morir o matar.
Normalmente, o casi siempre, cuando el asesino mata la vĂctima muere.
Solo en algunas ocasiones y con carĂĄcter retroactivo no es asĂ, en el amor por ejemplo, ah, y en polĂtica tambiĂ©n a veces.
Cuando el desenamorado/a, la engañador/a cometen el asesinato moral con la persona con la que conviven, a la que juraron fidelidad y amor; la vĂctima, en un primer momento, puede morir, y de hecho muere para la vida cotidiana, pero no siempre es asĂ.
Con el paso del tiempo, el asesinado o asesinada, recompone poco a poco su cuerpo, repara su alma, rehace sus sentimientos, remienda su existencia, como hizo Isis con Osiris; y si tiene suerte, resucita a una nueva vida.
Y esa nueva existencia, esa nueva vida, ese alma recompuesta, y ese cuerpo reparado tienen la virtud, que inconscientemente, pueden llegar a matar al final al asesino.
Por ello considero que hay que tener las ideas muy claras, en cualquier momento de la vida, incluso en el amor, y si hace falta morir por ellas.
Pero nunca, nunca, matar por esas misma ideas.
"Morir por las ideas, nunca matar por ellas".
Foto de mi amiga Juani Mora´. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario