Hay una policía virtual que vive dentro de nuestra alma, que está pendiente siempre de nosotros y es la que nos ayuda a trabajar para alcanzar nuestros objetivos.
Cuando las cosas van mal y nos apartamos del camino recto, esa policía nos recuerda lo que suponíamos que debíamos hacer.
¿Es una policía dura, con escudo y porra o nos ofrece una sonrisa indulgente y una palabra amable?
Sea de una forma u otra, dejamos por sentado que si no usamos la autocrítica para empujarnos, no llegaremos a ninguna parte.
En un bajón, lo primero que haremos será pensar en los aspectos positivos de nosotros mismos, pensar en nosotros mismos con bondad y compasión viendo esta situación de bajón sin evaluarlo ni juzgarlo.
Pero la autocompasión, que puede parecer una cosa mala, a veces puede ser la salida del pozo.
Se pueden ver las posibilidades de cambio, se puede aumentar la motivación (auto-orgullo), tomar medidas de cambio, compararte con los mejores para levantar cabeza.
La autocompasión es la compasión de uno mismo, y "la compasión es la antitoxina del alma": cuando hay compasión incluso los impulsos más venenosos siguen siendo relativamente inofensivos.
La autocompasión puede ser buena, pero como todo, hasta ciertos límites.
La mariposa se auto-compadeció porque dejó de ser oruga, no podría comer más hojas, no podría reptar por las ramas de los árboles, hasta que se miró al espejo y abrió sus alas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario