No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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08 agosto 2022

JAZMÍN.

Hacía tanto tiempo, no se cuántos años han pasado, que no transito por la avenida Príncipe de España ( por cierto, habrá que cambiarle el nombre, ¿no? Rey de España o Princesa de España, digo yo), iba subiendo a casa por la acera de la Casa Municipal de Cultura, y de pronto me inundó un perfume tan familiar como el calor que hace cuando lo hueles, el olor a  jazmín.
Antes, en casi todos los corrales de las casas, o en patios y jardines, había plantado un jazmín, un  jazmín que proporcionaba un esplendoroso aroma al patio, y también a la casa. Como es una planta muy prolífica, aunque se quitaran las flores, al poco tiempo parecía que salían más. Normalmente se reservaban puñaditos de flores de jazmín para colocarlas en las mesillas de noche para un posible acobardamiento de los mosquitos nocturnos, como repelente.
Jazmín, viene del árabe hispano "yasamín", y éste del árabe "الياسمين" el cual lo tomó del palaví "yasaman". El palaví es una lengua hablada en Irán antes que Mahoma implantara el Islam, y que hoy se sigue hablando en todo Irán. 
Es una planta trepadora (como todos sabéis) de flores blancas y muy olorosas; y como cosas curiosas os diré que: en el siglo XVI, en Francia, había un perfume basado en esta flor llamado "jasmine", y otra más curiosa todavía: me enteré que es la comida favorita de los venados. 
Walt Disney tenía que haber dibujado a Bambi comiendo jazmines, si lo hubiera sabido claro.
Mi enhorabuena a los que conservan el jazmín de la Casa de la Cultura de Sanlúcar la Mayor, no lo arranquéis nunca, por favor.




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