HacĂa tanto tiempo, no se cuĂĄntos años han pasado, que no transito por la avenida PrĂncipe de España ( por cierto, habrĂĄ que cambiarle el nombre, ¿no? Rey de España o Princesa de España, digo yo), iba subiendo a casa por la acera de la Casa Municipal de Cultura, y de pronto me inundĂł un perfume tan familiar como el calor que hace cuando lo hueles, el olor a jazmĂn.
Antes, en casi todos los corrales de las casas, o en patios y jardines, habĂa plantado un jazmĂn, un jazmĂn que proporcionaba un esplendoroso aroma al patio, y tambiĂ©n a la casa. Como es una planta muy prolĂfica, aunque se quitaran las flores, al poco tiempo parecĂa que salĂan mĂĄs. Normalmente se reservaban puñaditos de flores de jazmĂn para colocarlas en las mesillas de noche para un posible acobardamiento de los mosquitos nocturnos, como repelente.
JazmĂn, viene del ĂĄrabe hispano "yasamĂn", y Ă©ste del ĂĄrabe "ۧÙÙۧ۳Ù
ÙÙ" el cual lo tomĂł del palavĂ "yasaman". El palavĂ es una lengua hablada en IrĂĄn antes que Mahoma implantara el Islam, y que hoy se sigue hablando en todo IrĂĄn.
Es una planta trepadora (como todos sabĂ©is) de flores blancas y muy olorosas; y como cosas curiosas os dirĂ© que: en el siglo XVI, en Francia, habĂa un perfume basado en esta flor llamado "jasmine", y otra mĂĄs curiosa todavĂa: me enterĂ© que es la comida favorita de los venados.
Walt Disney tenĂa que haber dibujado a Bambi comiendo jazmines, si lo hubiera sabido claro.
Mi enhorabuena a los que conservan el jazmĂn de la Casa de la Cultura de SanlĂșcar la Mayor, no lo arranquĂ©is nunca, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario