¿DĂłnde estĂĄis escondidos?
Al carecer de una forma homogénea de proceder, jamås se donde os escondéis; cuando mås os necesito, mås escondidos eståis.
Aguanto sentado, sumiso, esperando para no acelerar las cosas; estoy charlando amigablemente y no me apetece cortar la conversaciĂłn; pedimos otra cerveza, y ella me estĂĄ ensimismando con sus palabras; quiero, pero no quiero marcharme hasta que llegue al fin de la historia.
Hay un momento determinado en el que ya no puedo mĂĄs, mĂĄxime si hace unas dos horas que me he tomado la pastilla para la tensiĂłn arterial:
- Perdona un momento. (Le digo)
Y me levando (ya mĂĄs rĂĄpido de la cuenta) camino del servicio.
Cuando llego a la puerta, la abro y entro en una especie de laberinto, tres puertas, solo reconocible en la oscuridad del distribuidor la de minusvĂĄlidos, por las ruedas del carrito; porque las otras dos, algunas veces, tienen mĂĄs tonterĂas que un mueble bar de los antiguos, pegadas en la puerta.
Me pongo a mirar la foto, el dibujo, o lo que sea (todo por no poner (HOMBRES Y MUJERES), de cerca, hasta que encuentro el mĂo, sumido en la oscuridad, porque todavĂa no he encontrado el interruptor de la luz, y obviamente, ese servicio no tiene luz por sensores.
Entro en mi correspondiente servicio, despuĂ©s de tres puertas, sumido en una atroz oscuridad, y lo peor de todo: meĂĄndome a mĂĄs no poder; intento aguantarme cerrando mis piernas entre sĂ, y busco desesperadamente el interruptor; hago aspavientos (por si hay detector de volĂșmenes); ni fuera, ni dentro, ni al lado de la jamba de la puerta, ni debajo del espejo, ni en el moño de la madre que los pariĂł aparece el interruptor.
- ¡Coño que me meo, pero no veo donde hacerlo!
Desesperado, no tengo mĂĄs remedio que encender la luz del mĂłvil, (menos mal que lo llevaba encima) ponerlo encima del lavabo y liberarme de esa presiĂłn.
Y digo yo: Si hay normas de homogeneidad para tantas cosas, ¿por quĂ© coño no ponen todos los bares los interruptores de los servicios en el mismo sitio, y con la misma nomenclatura?
HOMBRES, MUJERES Y MINUSVĂLIDOS/DAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario