HabĂa pasado un año del accidente que le costĂł la vida a parte de la familia, como desde antaño se iba a celebrar la misa por el eterno descanso de los fallecidos, era la misa del recuerdo, esa que se hacĂa antes todos los años para que los familiares muertos descansaran en paz.
La convivencia entre la familia no iba demasiado bien, ya antes del accidente los rifirrafes entre hermanos por la finca que el padre tenĂa, y que serĂa para ellos cuando Ă©l faltara, eran continuos, no habĂa un dĂa en que no se faltaran al respeto, pero hoy era un dĂa especial.
Esa noche, en la parroquia, se reunĂa la familia para evocar, en el recuerdo, a las vĂctimas del accidente, y rezar, el que o la que fuese creyente, por ellos y ellas.
El padre, la sobrina, la abuela y el pequeño; todos se fueron en un abrir y cerrar de ojos por una imprudencia ajena a ellos, pero se fueron, y a todos los que estaban esa noche en la misa, algo de familia les salpicaba.
Cuando terminĂł la celebraciĂłn y el rĂ©quiem, el sacerdote los indujo a retirarse en paz y se adentrĂł en la sacristĂa; y ahĂ es donde empezĂł la sinrazĂłn.
De nuevo los hermanos se enzarzaron en la misma discusiĂłn de siempre por la puñetera finca, sabiendo a ciencia cierta que la vida es muy efĂmera, como demuestra lo que le sucediĂł a sus familiares, y que nunca te podrĂĄs llevar nada; se insultaron y empezĂł la trifurca; no tuvieron ni la deferencia de esperar a salir de la iglesia, ante el catafalco que representaba a las vĂctimas se encizañaron en una controversia que les llevĂł a las manos.
¡Que lĂĄstima por Dios! ¡Que humillaciĂłn! ¡Que vergĂŒenza!
Seguro que serĂan las palabras que se hubieran podido escuchar de los familiares fallecidos si Ă©stos hubieran podido hablar, y los de abajo los hubieran podido escuchar.
Desde aquà les doy mi pésame, ademås de por la marcha de sus seres queridos, por el comportamiento tan indecente que tuvieron en la iglesia.
Desde aquà les doy mi pésame, ademås de por la marcha de sus seres queridos, por el comportamiento tan indecente que tuvieron en la iglesia.
Y como digo muchas veces: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, no tenĂ©is mĂĄs que mirar, oĂr o escuchar las noticias.
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