No me voy a referir en esta entrada a Dante Alighieri (poeta italiano autor de la "Divina comedia" siglo XIII-XIV); ni tampoco de algo parecido al fruto del "solanum lycopersicum" más conocido por tomatera (¡Qué rico el gazpacho y el salmorejo")
Pero el tema de hoy no va por ahí, se refiere mejor a la fantástica escultura del vástago de Anthony Quinn, Lorenzo.
Esta escultura determina perfectamente el título de este pasaje de hoy: El dante y el tomador, en adelante: el "tomante".
Engloba varias cosas muy interesantes esta obra:
Lo primero que me inspira es que cuando das, lo que das, vuelve a tí; que la caridad es un círculo en el que el dinero fluye cual río en circuito cerrado, el dinero es como la "energía" ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma, en este caso, se transforman las manos que lo manejan.
También se me asemeja al famoso símbolo de los dos conceptos del taoísmo el yin y el yang; pues sin "tomante" no hay ni tiene sentido el dante, y viceversa.
Para que pueda haber "dantes" debe de haber "tomantes" que necesiten la ayuda de los otros, y sin "tomantes"...
Lo problemático de esta preciosa obra son las posibles deformaciones de las perspectivas que puede tomar la obra, y me explico...
Si giramos la obra hacia la derecha, la mano "dante" se observará más grande, y la "tomante" por lógica, más pequeña; sin problemas, lo dado con una mano enorme desbordará la pequeña mano "tomante" y será muy beneficioso para ella.
Lo malo, lo peligroso, es lo que está pasando hoy en día, bueno, hoy en día no, ya hace bastante tiempo, aunque ahora se haya acrecentado más en nuestra sociedad, en nuestros gobernantes, en suma, en la vida misma.
Si giramos la obra a la izquierda, la mano "tomante" se agiganta en comparación de la "dante"; por mucho que la "dante" intente saciar el hambre pedidora de la "tomante" jamás lo conseguirá; y si la "dante" va perdiendo capacidad de maniobra, cada vez se encogerá más y la "tomante" se hará titánica, e incluso diría yo, tiránica; y si el "tomante" muerde mucho al "dante" y éste muere, la escultura se derrumbará porque como todo en la vida perderá el equilibrio.
¡La cosa tiene tomate!
La cosa tiene tomate…
ResponderEliminarYo creo que si engordamos el ego del «Dante» y hacemos que se sienta bien dando al «Tomante»
Tal vez y solo tal vez, consigamos que no se rompa el equilibrio, ya bastante desequilibrado, entre el «Dante» y el «Tomante»
Gracias Bou por esta reflexión tan ingeniosa.
Muchas gracias amigo.
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