El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que dispongan de un sistema nervioso central.
El dolor no es otra cosa que un aviso, una alarma; esta función fisiológica señala al sistema nervioso, que una zona del organismo está expuesta a una situación que puede provocar una lesión.
Hay muchos tipos de dolores:
Dolor crónico ese que no se termina nunca; dolor fetal que es el que sienten los bebés antes de nacer; y hay quien hasta siente placer con el dolor, tanto suyo como de los demás, los/las sádicos/as.
Dolores de huesos, dolores fantasmas, dolores por inflamación, por fracturas, y hasta uno que se divide en dos: el dolor del corazón.
Hay dos posibles dolores de corazón, el físico, cuando te lo parte un infarto; y el psíquico, que también es cuando te lo parten, pero imaginariamente.
Y como todo en la vida, el dolor también empieza en una matriz; la matriz del dolor, que corresponde a áreas encefálicas como las cortezas soméstesicas y en las que también están implicadas la corteza cingulada interior y la corteza insular.
Un alumno recitaba en voz alta, contestando a la pregunta del profesor, esta explicación en las clases de neurocirugía de la universidad, cuando desde la segunda bancada detrás del interfecto surgió una voz dulce pero serena, clara pero enérgica, sencilla pero luminosa que espetó a boca llena:
¡Charly, no se cómo te has expresado en esos términos sabiendo que la matriz intrínseca del dolor eres tú querido!
Como supondréis era Mary, la novia de Charly a la que tenía poco respeto y a la que trataba con poco educación, pero ¡ah! la chica estaba enamorada, y eso lo perdona todo.
Foto extraída de la página: arturogoicoechea.com |
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