La palabra edil, viene del latĂn "aedilis", nombre de una magistratura que formaba parte del escalafĂłn de la vida polĂtica.
El escalafĂłn tenĂa cuatro cargos y se regĂa por las normas de las que siempre he sido partidario, la pirĂĄmide invertida.
En elecciones eliges al cabeza de lista y el resto viene por añadidura.
En la Roma antigua, primero eras "cuestor", donde te presentabas a las primeras elecciones, si eras elegido y lo hacĂas bien, podĂas aspirar a presentarte al siguiente escalĂłn "edil", y asĂ sucesivamente, pasando por "pretor" y despuĂ©s, y como Ășltimo escalĂłn, "cĂłnsul".
AsĂ, mĂĄs o menos, era la carrera polĂtica en la antigua Roma.
Donde tambiĂ©n habĂa corruptos, intrigas, compras, ventas, y demĂĄs trapicheos innatos con la "polis".
Por cierto, el edil en Roma, se encargaba de las obras pĂșblicas.
Lo que si me sonĂł fatal fue la palabra edil en femenino. Edila.
La palabra nĂșbil (en edad de casarse) se hace femenino indicando la persona en sĂ.
El nĂșbil o la nĂșbil, la mujer nĂșbil o el hombre nĂșbil.
¿Pues deberĂa de ser igual con edil, o no? A mĂ me sonarĂa mejor.
El edil o la edil, la señora edil o el señor edil, que el edil y la edila.
Bueno estĂĄ, doctores tiene la RAE.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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