Desde que tengo uso de razĂłn no he tenido que hacerme esta pregunta nunca.
Mi madre se vino a vivir a casa de mi abuela, cuando esta se fue, y ahora es mi hermana la que vive con mi madre.
Cuando mi madre falte, mi hermana se tendrå que hacer cargo de recoger sus cosas, y decidir qué hacer con ellas.
Se me ha venido a la mente la frase del final del pregĂłn de Semana Santa de 1991 de mi amigo Rafael Sousa Morales...
¿De quĂ© le sirve al hombre atesorar riquezas en la tierra, si al final pierde su alma?
Yo dirĂa tambiĂ©n: riquezas, recuerdos, cosas, mĂĄs cosas:
Pues eso es lo que hacemos durante toda la vida, sobre todo los que no hemos vivido nunca en alquiler.
Guardar libros, papeles, documentos, cuadros, fotos, pelĂculas, muebles, recuerdos...
En fin, miles de cosas; cosas que los que tomen posesión de tu casa, cuando ya no estés, por mucho que les hayas dicho, guarda esto o guarda lo otro, harån lo que le venga en gana.
Si estuvieras vivo tendrĂas la misma sensaciĂłn que cuando te trasladan a un asilo.
Dejas tus cosas, tus recuerdos, en suma tu vida, en manos de otros, o de otras, para que hagan lo que crean conveniente con ellas.
¿QuĂ© quedarĂĄ de mi casa?
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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