Todo ocurre en 90 dĂas, cuarenta dĂas antes del primer
domingo con luna llena, del equinoccio de primavera a partir del 21 de marzo,
que serĂĄ Domingo de resurrecciĂłn, empieza la cuaresma; y cincuenta dĂas despuĂ©s
del domingo de resurrecciĂłn, es el lunes de PentecostĂ©s. En ese perĂodo de 90
dĂas la peineta se vuelve flor; la mantilla, mantoncillo; el traje negro, bata;
los zapatos de tacĂłn se tornan en zapatillas de esparto; y las velas en ramos
de romero. El capirote en sombrero de ala ancha; el hĂĄbito en traje corto; las
sandalias negras se transforman en botos camperos; las varas en cañas con
romero, los costaleros en bueyes, ( sin que nadie se sienta ofendido, por
favor, que los bueyes son los costaleros de los simpecados) y el paso-palio en
carreta, y la escultĂłrica representaciĂłn mariana, en simpecado bordado en oro.
Las capillas se convierten en casa de hermandad, la banda de mĂșsica en gaita y
tamboril; las saetas en sevillanas y fandangos, todo, todo se transforma; pero
al final…
Todo es lo mismo, rezar a nuestra Madre en el cielo. Por eso no me vale que me digan:
- TĂș, es que no eres rociero, tĂș eres mĂĄs semana-santero.
Pues queda demostrado que en el fondo, es simplemente, lo mismo.
Buen RocĂo semana-santero, o Semana Santa rociera.
Todo es lo mismo, rezar a nuestra Madre en el cielo. Por eso no me vale que me digan:
- TĂș, es que no eres rociero, tĂș eres mĂĄs semana-santero.
Pues queda demostrado que en el fondo, es simplemente, lo mismo.
Buen RocĂo semana-santero, o Semana Santa rociera.
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