Algunas veces, los tabiques y la techumbre se van acercando
en la oscuridad en una pesadilla, como aquellas salas de tortura de las
pelĂculas de terror. Sin hacer ruido, poco a poco, cada vez mĂĄs cerca...... No
obstante, la tenue luz de la radio, delimita ciertamente la falsedad de esa
experiencia, y viene a demostrar que la realidad es inamovible.
Se igualan, mi mĂĄquina (iPad) y mi cuerpo. Ambos se estĂĄn
quedando sin energĂa. Uno, tendrĂ© que alimentarlo de la red elĂ©ctrica; el otro
tendré que alimentarlo con el calor de mi lecho. Apago mis ojos, lo mismo que
desconecto el iPad, para la carga reparadora. Que descaséis, y que descansen vuestros ordenadores.
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