No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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16 noviembre 2018

ENTRE LAS UÑAS.


El otro día iba andando por una acera de Sevilla, cuando a cierta distancia vi a un hombre de rodillas y agachado hacia el suelo hurgando en la misma acera con la punta de sus dedos; me intrigó en demasía y me fui acercando poco a poco.
Cuando llegué a su altura me paré descaradamente y me quedé mirando hacia el suelo, como mi capacidad visual es muy reducida, no conseguí distinguir que es lo que pasaba, que es lo que estaba haciendo; me agaché por si ese hombre necesitaba ayuda y descubrí unas manos sucias, intentando despegar una moneda de un euro que estaba pegada al suelo.
Le dije al hombre echándome la mano al bolsillo:
-      Levántese y tome. (Acercándole a sus sucias manos el euro que saqué de mi bolsillo).
Me miró sorprendido, cogió la moneda que le ofrecía, se la guardó, y siguió rascando en el suelo.
¡Hasta dónde han llegado los imbéciles con sus puñeteras bromas!
Los que pegan esas monedas para reírse de los paseantes, en algún momento de su vida deberían de necesitarlas para comer, como el que estaba en el suelo, entonces echarían en falta esos euros que fueron pegando por las aceras.
Si encima de moverte, no entre la uña y la carne, sino peor, entre la uña y la mierda, te encuentras con estos graciosos desalmados, las uñas de las garras les seguirán apretando más para adentrarlos más en la mierda.
¿Sabéis lo que pienso?
-Que se podrían encolar la "monedita", con un buen pegamento, tapando la boca del canal por donde evacuan, o lo que es lo mismo, pegársela en el mismísimo culo.




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