En todos los parterres de flores, en todos los jardines terrestres sembramos bellas flores: rosas, gardenias, claveles, gladiolos, geranios, damas de noche, jazmines, etc.
Muchos tenemos pequeños vergeles en casa, bien en arriates, bien en macetas, o en pocas ocasiones en el mismo suelo del patio o la entrada.
Las flores son belleza, perfuman nuestra casa y llenan de color nuestras estancia; no obstante, en la tierra donde estån sembradas también nacen malas hierbas, forrajes que se aprovechan de los nutrientes del abono que utilizamos para alimentar a nuestras plantas, y que beben también del agua con la que las regamos.
Cuidar un jardĂn genera un arduo trabajo para que luzca con belleza ante tĂ y ante los que te visiten: podar de vez en cuando las ramas para que no crezcan mĂĄs de lo debido y asĂ se puedan considerar mĂĄs humildes, desdeñar las malas hierbas que desangran la buena savia cortĂĄndolas a ras de tierra, y si fuera posible, arrancĂĄndolas de cuajo.
Si tienes la suerte de que alguien tenga la sensibilidad suficiente para regalarte una planta para tu jardĂn, y que encima tenga la delicadeza de sembrĂĄrtela, seguramente esa serĂĄ a la que mĂĄs aprecio le tengas, la que mĂĄs cuides, la que jamĂĄs quisieras que se marchitara; algunas tendrĂĄn nuevos brotes que seguirĂĄn plantados en tu jardĂn.
Si lo abandonas, si lo dejas, si echas veneno, si se asola, se secarĂĄ y serĂĄ muy difĂcil que recupere su belleza.
Todos tenemos un jardĂn extraordinario dentro de nosotros, un jardĂn en el que es mucho mĂĄs hermoso sembrar a diario agradables experiencias, bellos comportamientos, lindos amores, y bonitos sentimientos; teniendo siempre presente que, en cuanto notemos que las malas hierbas afloran tenemos que quitarlas lo mĂĄs rĂĄpidamente posible.
Ese jardĂn estĂĄ oculto siempre en nuestro corazĂłn literalmente, pero a la vez, expuesto a la intemperie exterior segĂșn nuestros actos. Algunas veces entramos en las casas sin mirar a las flores y sin ni siquiera olerlas.
- ¿De quĂ© sirve tener un buen jardĂn, si ya nadie se fija en eso?.
Como dirĂan en Jesucristo Superstar: ¡Helo ahĂ!.
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