Paseando por la calle, como casi todos los dĂas, al pasar cerca de un coche el dueño, o el conductor que se bajaba.
Con un pequeño trapo o papel humedecido con un pequeño aerosol se dirigiĂł directamente a una "cagadita" porque no tenĂa ni la entidad de una caca.
Ăsta estaba ubicada casi en el filo de la puerta al lado por donde se mete la llave.
Una vez limpia y quedando la puerta lo suficientemente pulcra para iniciar el viaje, el señor se montó en el auto y salió del aparcamiento.
Se me vino a la mente la pelĂcula Evan Almighty (Evan todopoderoso), traducida aquĂ como "Sigo como Dios" y sigo sin saber por quĂ© se traducen asĂ los tĂtulos de las pelĂculas inglesas.
En una parte del film, cuando Steve Carrel, que construye un arca como Noe, entra al congreso para reivindicar derechos, el opositor y congresista, interpretado por John Goodman, es literalmente pintado por la caca de todos los pĂĄjaros que entraron a protestar.
Por eso, cuando las personas, los hombres, las mujeres, los polĂticos, las polĂticas, los jefes y las jefas, los maridos y las esposas, los hijos y los padres, los dirigentes y las dirigentes, en un momento determinado, que tenemos todos, la cagamos; lo mejor es limpiar la caca y pedir disculpas rĂĄpidamente a quien corresponda antes que se nos llene la cabeza y hasta el alma de mierda como a John Goodman; aunque lo dudo.
Foto autorizada su publicaciĂłn por mi amiga Juani Mora. |
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