Muchas veces, tomar la decisiĂłn correcta puede ser duro, o muy duro.
Muchas veces, decidir con ecuanimidad, aunque deberĂa ser fĂĄcil, resulta imposible.
Otras tantas veces, decirle a un amigo o a una amiga, a un hijo o una hija, o incluso a un padre y una madre, que estĂĄ equivocado, que estĂĄ obrando mal, que estĂĄ fuera de lugar, o que progresivamente se estĂĄ pasando con todo, puede resultar incluso insoportable.
La mayorĂa de las veces que abogas, aconsejas o actĂșas por lo correcto suele haber una desazĂłn de dolor en el que lo recibe, porque a todos nos resulta duro que nos digan la verdad a la cara.
Y algunos hasta se cabrean contigo, dejan de hablarte, o te tratan con desdén.
Lo fĂĄcil, decir a todo que sĂ, que bien lo haces, que buena decisiĂłn has tomado, que bien te comportas con tus amigos, con tus hijos, o en otro caso, con tus padres.
Eso es lo fĂĄcil, no meterse nunca en intentar solucionar un problema, en mediar en una discusiĂłn sin tomar partido por nadie, alabar los Ă©xitos de los descarados, estafadores, usureros, iracundos, y un sinfĂn de etcĂ©teras de gentes a los que, serĂa mejor no tenerlos como amigos pero...
¡CuĂdate de los lisonjeros y escucha a los crĂticos, seguramente te quieren y te enseñan mĂĄs!
Lo correcto es difĂcil, y lo otro es lo fĂĄcil. Pero siempre en la vida hay que elegir, y he ahĂ la dificultad.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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