Posiblemente este "palabro" pronto nos sea familiar a todos y a todas.
Cuando vemos en la tele las noticias (cada vez menos recomendables, por Dios), hay unos sitios donde se podría aplicar la palabra en si.
Los hay en casi todos los países, en las comunidades de los países, en los ayuntamientos, y es el cáncer de todas estas instituciones.
Todo está desordenado en base al poder, el poder en base a las alianzas y las alianzas en base a los votos.
¿Y el ansia de poder a dónde nos lleva?
Pues eso.
Pero al final, la mayoría de las veces todo es un cambote, salvo las honrosas excepciones, que siempre afloran en mi mente.
Parece que todos los sitios en los que hace falta el voto de los "paganos", no ateos y subsidiados, sino los que pagan impuestos, al final todo se convierte en un cambote.
Ésta con el otro, la otra con éste, aquel con el otro de atrás, que a su vez tiene en común con otro ideas diferentes pero con el mismo fin; te doy para que te calles, te doy para que no protestes, y te sigo dando para lo más importante, para que me votes.
Pero al final todo se convierte en un cambote, o si no, atentos a la definición de la RAE:
- Grupo desordenado de personas que realizan una actividad o persiguen un fin común.
- Dicho sobre las personas, en grupo desordenado.
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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