Seguramente el orden sería a la inversa, primero serían los insultos, las vejaciones, la violencia, y después vendrían los regalos, pero también podría ser como refleja en título.
Es doloroso tener que estar en esa montaña rusa que es el regalo en un momento de tu vida y a la vuelta de la esquina los insultos y las vejaciones.
El o la que regala después de insultar no hace ese regalo porque le salga del corazón, hace ese presente para recibir el perdón por el atropello, la injusticia, la tropelía o el despotismo previamente realizado.
Pero hay algo más lacerante todavía, incluso más lastimoso, tan penoso como indica el título de la entrada:
REGALO E INSULTO.
Regalamos cosas a las personas que nos rodean, a nuestros padres, a nuestras parejas a nuestros hijos, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo; muchos están continuamente regalando cosas, acciones, gestos, favores... y la mayoría de las veces reciben de vuelta: insultos.
Insultos de incomprensión, de desagradecimiento, de olvido, de dejadez; no todo el daño se hace con la violencia física, hay muchas formas de perjudicar.
Y hay otros/as que reciben nuestro regalo, cada cuatro años, de una vida regalada (valga la redundancia), una vida de estrella de cine con sueldo de director general de cualquier gran empresa, con casa, transporte, teléfono e Ipad gratis, y para comer y beber más barato que cualquier niño en cualquier colegio de nuestro país
Muchos de estos/as señores/as, después de recibir nuestro regalo, nos devuelven continuamente insultos; en la radio, en la televisión, en la prensa; pero ya hoy no me quiero referir a esos insultos, porque cada uno y cada una habremos recibido los nuestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario