Algunos individuos o individuas(por Dios qué mal me suena) tienen un olor corporal- y en concreto el de los pies- (madre del Señor) que llega a ser repelente.
Este trastorno de la sudoración, consistente en la presencia de sustancias aromáticas malolientes en el sudor, es conocido por los dermatólogos como: Bromhidrosis o bromidrosis. Puede ocurrir que estos compuestos químicos indeseables sean directamente secretados por las glándulas sudoríparas o que sean producidos al interaccionar el sudor con los microorganismos instalados en la piel y en el material del calzado. Bacterias, hongos y otros seres microscópicos, que se multiplican con suma rapidez sobre la piel caliente y húmeda, se encargan de metabolizarlos y desprenden un hedor que se concentra en los zapatos y los calcetines, y resulta muy difícil de combatir.
Y tampoco es cuestión de higiene en ciertos casos.
En algunos gimnasios debe ser horrible entrar antes de que se duchen ciertos hombres, y mujeres (aunque las mujeres suelen ser más delicadas, creo).
¡Que desagradable es la peste a pies!