La vida es una sucesiĂłn de pasillos, habitaciones y puertas.
Un pasillo te lleva a una puerta, esa puerta te introduce en una habitaciĂłn con otra puerta que te saca de ella.
Pero, cuando llegas a la Ășltima puerta de la casa, la puerta de la calle, si vas por derecho con la verdad; o la puerta del corral, si vas por detrĂĄs con la mentira, y se cierra, todo en esa casa se ha acabado.
De nada sirve aporrear la puerta como Pedro Picapiedra (Fred Flintstone) cuando Vilma (Wilma Pebble Flintstone) lo puso de patitas en la calle.
En los trabajos pasa tres cuartos de lo mismo en estos dĂas.
No te puedes sentar en el escalĂłn de entrada de la puerta de la calle a esperar ¿El quĂ©?
El mundo, hoy en dĂa, tiene millones y millones de posibilidades, pero para toparte con ellas debes estar buscando y siempre alerta.
En cualquiera de los aspectos de la vida.
Debes dejar de mirar la puerta que se cerrĂł, pues si no lo haces, nunca encontrarĂĄs la que se ha abierto frente a ti.
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Foto de mi amigo Manuel MarĂa PĂ©rez. |
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