De vez en cuando, los objetos de
vidrio estallan sin que parezca existir un motivo aparente.
Las causas que provocan estas
roturas debemos buscarlas en pequeñas fisuras, que aparecen normalmente en la
superficie del vidrio como consecuencia de la acción de los abrasivos y
productos químicos. Una vez creadas, estas grietas se abren con velocidad variable,
de ciento de metros por segundo a una billonésima de centímetro por hora, hasta
que llegado cierto momento se produce la ruptura total del objeto.
Curiosamente el agua acelera este
proceso. La presencia de moléculas de H2O en la fisura favorece la
disociación de los enlaces oxígeno-silicio, átomos de los que se compone el
vidrio.
Si hay algo que interfiera en la
unión de algunas cosas, llámese pareja, relación amorosa, o relación laboral o
política, esa interferencia hace que esas cosas tengan el tiempo cumplido; más
tarde o más temprano, la relación acabará estallando.
Solo hay que esperar que la
fisura vaya creciendo irremediablemente.
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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