Los callos son amasijos de células muertas que se forman en lugares donde la piel está sometida a rozamientos, desgastes y presiones continuas. Estas formaciones cónicas de consistencia más dura y áspera que la piel que las rodea, con aspecto amarillento, y en ocasiones traslúcidas, penetran y profundizan en forma de cuña hacia la zonas más profundas de la epidermis, irritándola. Así, no son realmente los callos los que duelen, sino el área inflamada que hay debajo de la piel que se ha hipertrofiado.
Hay callos que pueden ser más buenos:
Feos y feas, que no, por serlo, dejan de ser buenas personas, exactamente son: feos y feas, no malos; pueden estar mal hechos pero tener buen corazón.
Y hay callos que pueden ser aún mejores:
El menudo, en
Andalucía, o callos a la andaluza (en el resto de España) es un plato preparado a base de callos (cortados menudos, de ahí lo de menudo) típico de la cocina andaluza. A
diferencia de otros platos de callos de la cocina española, este plato emplea garbanzos en su elaboración, es por esta razón por la que se suele
denominar a veces como: callos con garbanzos. Se trata de un plato
invernal que se sirve caliente, tradicionalmente en cazuela de barro. También
es denominado menudo gitano por ser uno de los guisos insignia de
la cocina gitana.
Ante todo prefiero esos callos a los otros dos, o tres, gracias.
Ante todo prefiero esos callos a los otros dos, o tres, gracias.
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