El otro día, me mandaron un
regalo. Una amiga se ha tomado la molestia (y digo molestia, porque el trabajo
ha sido arduo), de cumplir lo que me prometió hace meses; después de terminar
sus compromisos laborales y cuando está por tomarse sus merecidas vacaciones;
más trabajo y sobre lo mismo.
Si yo, cuan agradecido que estoy
por ello, aparte de darle mil veces las gracias, me limito a devolverle a ella
un favor, o a realizar una obra por su cuenta, la cadena más bonita que puedas
contemplar en la vida, se circunscribiría a dos eslabones cerrados.
¿Sería una quimera, conseguir,
dar las gracias, al que te hace un favor, y devolvérselo a otro?
Así, cada vez la cadena de gentes
favorecidas será, más y más grande y al final te repercutiría sin duda a ti
también.
No sería mala idea, intentarlo
por lo menos, no se pierde nada, nadie pierde nada, y aunque creas que pierdes tiempo
o trabajo, al final, nunca nada es malgastado.
Siempre habrá alguien, en algún
momento, para echarte un cable, pero no dudes nunca, en echarlo tú, cuando veas
que alguien se ahoga, porque el cable, siempre es el mismo y lo que hace es
pasar de mano en mano, para ser nuestro instrumento.
A esto de los favores, podríamos
aplicar el fandango que se cantaba hace mucho tiempo, sobre el amor y que
decía…
Querer, a quien no te quiera, eso
se llama querer; porque querer a quien te quiera, es sólo corresponder, y eso
lo hace cualquiera.
Buenas noches, favoreced sin esperar nada a cambio, y felices sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario