No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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02 julio 2013

EN UN RINCÓN DEL ALMA.

Te costĂł trabajo, mucho trabajo y dolor marcharte de nuestro lado.
Estuviste tantos años haciendo las maletas, que cuando definitivamente dijiste adiós, ya teníamos asumida tu marcha, y te dejamos marchar en paz.
Me faltaron tantas cosas, que añoro muchas veces tu presencia, solo para charlar un rato contigo, para asimilar tus consejos (siempre fuiste mayor que yo, naturalmente); el tiempo que perdimos, Ă©se que ya no se podrĂĄ recuperar nunca, ese tiempo….. lo echo tanto de menos……….
En estos años, que pasaron demasiado rĂĄpido,  tu semblante se difumina cada vez mĂĄs en mi memoria, menos mal que tengo la oportunidad de recurrir a las fotos, benditos diarios en imĂĄgenes de nuestras vidas.
Tu rostro se desdibuja en mis recuerdos, tus enseñanzas jamås. Fuiste tan recto que me consideré siempre, a tu lado, un oblicuo; justo como la justicia, generoso como el pelícano, indemne con el paso del tiempo a cualquier tipo de influencia pérfida; severo, a veces demasiado (nadie es perfecto), amigo de tus amigos, vecino de tus vecinos, respetuoso y respetado, dispuesto siempre para cualquiera.
Si como dice el nuevo Papa Francisco, (que vaya tela, cada vez que habla), que el sudario no tiene bolsillos, y que nadie ha visto un camiĂłn de mudanzas en un entierro; no te pudiste llevar nada en tu viaje de vuelta a la vida, pero sĂ­ dejaste aquĂ­, como herencia indisoluble en el tiempo, tu recuerdo grabado para siempre, en un rincĂłn de mi alma.
Hoy mis buenas noches, son para ti, padre; estĂ©s donde estĂ©s, indĂșcenos a tener buenos sueños, y a aprovechar el tiempo con los nuestros, ese tiempo que nunca vuelve. Que descansĂ©is.


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