Hace muchos años, pero muchos; mi
padre me contaba una anécdota de un médico de Sevilla.
Este señor, estaba dando una
conferencia en el salĂłn de actos de la Universidad;y esta charla, constituĂa
tema para un posterior examen en la facultad.
Después de unos momentos de
alocuciĂłn, dijo, (y escribo textualmente lo que se escuchĂł) - … segĂșn escribiĂł
Chaquespeare….
Ipso facto la concurrencia empezĂł
a reĂrse, por la forma de pronunciar el inglĂ©s, del susodicho profesor, las
risas fueron en aumento, y este señor, tuvo la suficiente tranquilidad, para
esperar que se acallara la sorna y terminar la conferencia en un inglés
perfecto.
Claro estĂĄ, que el siguiente dĂa,
el examen fue sobre la conferencia completa.
Desde entonces llegué a la
conclusiĂłn que no es bueno, hacerse imĂĄgenes ficticias de nadie, sin previo
conocimiento de la persona; las apariencias son
una cosa, y la mayorĂa de las veces, la realidad es otra totalmente
diferente.
Los grandes, suelen ser humildes;
los inteligentes, sencillos; los genios, ocultos; los corderos, lobos con piel;
los ricos, demasiado pobres; personas que lloran, de risa; serios, que te hacen
reĂr; escritores de novelas de terror, que pueden ser cachondos mentales;
etc.etc.etc.
Por lo tanto, sin mĂĄscara que me
cubra el alma, os deseo buenas noches y hasta otra.
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