La vida, a veces es cruel; ninguno sabemos
dĂłnde, cuĂĄndo, ni cĂłmo serĂĄ el final de nuestro camino, pero sĂ, lo duro que
serĂĄ nuestra despedida, para las personas que nos quieren y nos aprecian.
Igual de duro, va a resultar para los familiares y amigos de las vĂctimas del accidente de Santiago, que para mĂĄs inri, casi ha sido, en el dĂa de su onomĂĄstica, fecha difĂcil de archivar en el olvido.
Después de preguntar mil veces, el por qué tuvo que pasar, de buscar explicaciones o tramas para poder haber evadido la realidad; al final, solo queda la resignación; y el convencimiento de que esto es la vida, ni mås ni menos.
Mi deseo de paz a todos los familiares y amigos de las vĂctimas; y mi anhelo por la pronta recuperaciĂłn de los heridos.
Igual de duro, va a resultar para los familiares y amigos de las vĂctimas del accidente de Santiago, que para mĂĄs inri, casi ha sido, en el dĂa de su onomĂĄstica, fecha difĂcil de archivar en el olvido.
Después de preguntar mil veces, el por qué tuvo que pasar, de buscar explicaciones o tramas para poder haber evadido la realidad; al final, solo queda la resignación; y el convencimiento de que esto es la vida, ni mås ni menos.
Mi deseo de paz a todos los familiares y amigos de las vĂctimas; y mi anhelo por la pronta recuperaciĂłn de los heridos.
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