Louis Van Gaal, entrenador de F.C.
Barcelona durante varios años entre 1997 y 2000; y 2002-2003, era desabrido
(por aquí abajo “saborío”), antipático, excesivamente serio, algunas veces
déspota, y con una cantinela que utilizaba muy a menudo para calificar a los
periodistas que lo entrevistaban…..
¡Siempre negativo, nunca positivo!
A esta cantinela, le tendríamos
que picar unas pocas de patatas pequeñitas, para que se vean bien las letras,
una cebollita pochada, también muy finamente cortada; utilizar una buena sartén
con tapadera al uso, un par de huevos, sal, y un poco de aceite de oliva.
Removemos todos los ingredientes,
bien removidos y vertemos en la sartén, a fuego muy lento, para que la frase
quede bien hecha; vigilamos que no se queme, y estamos pendientes de su
cocción.
Cuando el aroma de la tortilla
haciéndose, ese peculiar olor que a algunos tanto nos gusta respirar, se
adentre en nuestros sentidos, cogemos pausadamente la tapadera, y con mucha
decisión, volteamos la tortilla, para que una vez hecha por el otro lado, con
la misma pausa, la podamos servir. Degustamos a boca llena, regada con una copa
de optimismo con casera blanca, servida en el plato de la verdad, y con un poco
salsa de felicidad (no mucha, que engorda). El secreto estará siempre en saber
darle bien la vuelta a la tortilla.
¡Siempre positivo, nunca negativo!
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