"No es que el capitĂĄn ruegue a los marineros que se dejen gobernar por Ă©l, ni que los sabios acudan a las puertas de los ricos.
Al contrario, lo que es verdad por naturaleza es que quien estĂĄ enfermo se vea obligado a acudir a las puertas de los mĂ©dicos y que todo el que necesite ser gobernado acuda a las puertas de quien tiene capacidad para gobernar; no, que el gobernante pida a los gobernados que se dejen gobernar, si verdaderamente les es de mejor provecho" (PlatĂłn, filĂłsofo griego seguidor de SĂłcrates y maestro de AritĂłteles 427-347 antes de Cristo, La repĂșblica libro VI)
Dos mil cuatrocientos años que tiene esta frase, y parece que es de hoy mismo, de las noticias de esta mañana; ¿CĂłmo es posible que el ser humano sea tan imbĂ©cil?, ¿CĂłmo puede ser aceptable retirar la filosofĂa de las aulas?, ¿Y la mĂșsica? ¿QuizĂĄ para hacernos mĂĄs burros, y por ende mĂĄs manejables si nos doman?
Hoy en dĂa la polĂtica se basa en todo lo contrario a lo que escribĂa PlatĂłn, los gobernantes pidiendo el voto para que los gobernados le concedan la facultad de gobernar sin ni siquiera conocerlos.
El sistema polĂtico es un sistema piramidal invertido, y lo mĂĄs sensato serĂa un sistema piramidal natural, y me explico.
Excluyamos a los partidos polĂticos y centrĂ©monos en las personas, que al fin y a la postre eso somos, personas.
Entre los vecinos de la calle elijan al que crean mejor para gobernarlos, entre esos gobernantes de calles (en teorĂa los mejores) elijan al mejor alcalde y a los mejores concejales, todos ellos conocidos.
Entre los mejores alcaldes y concejales elijan a los representantes regionales (que tambiĂ©n serĂan los mejores y serĂĄn conocidos); y entre estos elijan al gobierno de la naciĂłn, que a la postre serĂĄ tambiĂ©n conocido, sin nadie presentarse a nada, sin campañas, sin rollos macabeos.
¡Creemos que eres el mejor y te pedimos que nos gobiernes!
¡Creemos que eres el mejor y te pedimos que nos gobiernes!
Esto si serĂa una verdadera democracia (demo=pueblo, kratia=fuerza, poder)
Es muy difĂcil ser un lĂder, pero ya va siendo hora que los que se titulan como tales(que para todo hay que valer) de una vez por todas lo sean.
Pero tambiĂ©n existen las utopĂas.
Es muy difĂcil ser un lĂder, pero ya va siendo hora que los que se titulan como tales(que para todo hay que valer) de una vez por todas lo sean.
Pero tambiĂ©n existen las utopĂas.
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