Nuestras obras, las obras de todos, no tienen el mismo significado y dependen muy mucho de la forma en la que se utilicen las cosas.
No es lo mismo, en política, escamotear dinero publico de presupuestos de miles de cosas para engordar el presupuesto de sanidad, educación o pensiones; que escamotear ese mismo dinero, incluyendo el escamoteo en sanidad, educación o pensiones, para subidas de sueldo irracionales, firmas de contratos no necesarios; o incluso, el derroche en cosas no bien vistas, o inclusive ilegales.
No es lo mismo utilizar la morfina para paliar el dolor, que usarla para agredir y causar la muerte.
No es lo mismo castigar con prisión para cobrar las deudas del reo con la sociedad, que aprisionar por represión o dictadura.
No es lo mismo construir casas o pisos para ganar dinero, que no utilizar los materiales necesarios en la construcción, poniendo en peligro la vivienda e incluso la vida de los compradores, para atiborrarse del vil metal.
No es lo mismo llevarse un día la comida que sirves en un "cátering" por un desavío ocasional en casa, que comer y cenar a diario con esa comida que has de servir a los demás y que pagamos todos.
No es lo mismo utilizar la energía nuclear para conseguir luz, calefacción, etc,; que para fabricar bombas que destruyan a nuestros semejantes.
Por eso digo, que las obras de todos se asemejan a una sierra mecánica; porque una sierra mecánica se puede utilizar para construir una casa, para cortar árboles, o como parece que así ha sido, para hacer desaparecer a Marta Calvo.
Lo malo no son las cosas en sí, sino la utilización que hacemos de ellas.
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