No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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07 junio 2020

AGUANTE EMOCIONAL.

Todos tenemos un aguante diferente a la hora de soportar las cosas que nos sobrevienen durante nuestra existencia; y este período de reclusión ha sido muy duro para mucha gente, sobre todo para los que han perdido a alguno de sus familiares queridos, los que han estado luchando contra la muerte en los hospitales y en las residencias, y los que han tenido el virus cara a cara durante muchos días.
He de resaltar que mi madre, ya mayor, y que, cuando la mayoría de las personas de su edad estaban en casa sin salir, recluidas; ella, cada dos días, tenía que montarse en una ambulancia junto con otros cinco o seis valientes, para recibir la sanadora diálisis que la hace seguir adelante.
Mis hijos se han comportado de "chapeau", siguiendo las recomendaciones de los dirigentes y cumpliendo estrictamente la normas; se han tenido que amoldar a trabajar en casa, y solo han salido para lo estrictamente necesario. Han hecho deporte en casa, y han procurado llevar una existencia sana.
Mi hijo menor, quizá lo haya pasado peor que otros muchos, incluyéndome yo; ha estado separado de su querida Isa durante tres meses; porque después de la reclusión no se podía hacer viajes entre provincias.
El sábado a medio día, estaba expectante en el sofá escuchando las alocuciones del presidente de la Junta de Andalucía Juanma Moreno, mi hijo esperaba la ansiada noticia, la libertad de viajar entre provincias para abrazar y besar después de casi tres meses a su chica; cuando saltó la buena nueva los ojos se le llenaron de lágrimas, y por ende, también a este que escribe, hombre sensible. 
Fue un momento lleno de ternura, se exteriorizó ese aguante emocional que se ha ido acumulando en innumerables llamadas con cámara, para paliar un poco su falta;  y también de recompensa por el deber cumplido; hoy estoy orgulloso de mis hijos, y feliz, al igual que Jesús, por poder abrazar de nuevo a la linda Isa.



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